Los animales a través de los ojos del mundo

¿Qué es un animal? ¿Cómo nos relacionamos con ellos? ¿Siempre han sido así para nosotros? Hay una cita muy célebre de Ghandi que dice: “Una nación puede ser juzgada por cómo trata a sus animales”. ¿Cuál sería entonces nuestro veredicto?

animales_cultura_Yolcati

En nuestra sociedad actual existe toda una graduación respecto al trato con animales. Algunos su único trato es verlo en su plato a la hora de comer y otros conviven con ellos y luchan activamente por sus derechos.

Incluso el mismo animal, como puede ser un perro, es antropomorfizado y se le da nombre en algunos sitios y en China es el más exquisito manjar.

¿Cómo puede ser este radical cambio de visión del ser humano?

Es importante antes de seguir, reflexionar un momento sobre algo todavía más básico; hablamos de humanos y animales, ¿pero qué son los humanos y qué son los animales? Quizás ahora mismo te parezca una obviedad, pero te invitamos a que pares un momento e intentes definir aquello que nos hace humanos, qué es aquello que nos hace únicos o diferentes.

¿Es la capacidad de tener una cultura propia? No, muchos animales presentan cultura, donde existe el aprendizaje del grupo con tradiciones propias, como en el caso de chimpancés.

Entonces, ¿sería el lenguaje aquello que nos define? No, se han encontrado lenguajes complejos en animales, como los delfines, quienes incluso tienen nombres individuales para cada miembro del grupo.

¿Es la capacidad de generar un pensamiento abstracto complejo? Puede ser, pero entonces ¿es humano un bebé cuya capacidad de abstracción es inferior a la de un chimpancé adulto?

La individualidad de la especie humana es fácil de entender, pero difícil de describir.

Darwin, como humano, en su Teoría de la Evolución, describe que existe un continuo dentro de las formas de  vida del planeta y que habría que agruparlas para su uso científico. Pero la frontera que existe entre las especies ha sido definida por el hombre para su uso.

Entre los grandes simios y nosotros hay menos diferencias genéticas que entre algunas variedades de escarabajos. No obstante, llamarles a todos escarabajos nos parece lo más lógico, pero no nos llamaríamos a nosotros mismos primates o a los grandes simios humanos.

Desdefinida esta percepción propia del ser humano, es interesante ver como algunos primates humanos ven al resto de animales con los que comparten el mundo.

Para los balineses (sur de Filipinas), lo diametralmente opuesto a la condición humana es la animalidad. Existe una repulsión por todas conductas relacionada con los animales, llegado al punto que a los bebés no se les deja gatear y a los jóvenes se les liman los dientes, para que no parezcan colmillos. En sus ritos y mitos, la mayor parte de los demonios están representados por animales. Siendo esto así, los balineses tratan con crueldad a los animales, con excepción de aquellos que son domésticos y de uso y consumo propio.

Sin embargo, al norte de Filipinas, dentro de la misma isla, encontramos a los Igorrotes. Los Igorrotes son animistas, creen que todas las cosas tienen un alma. Para ellos, la fisicidad cambia constantemente, de la misma manera que un bebé pasa a ser adulto y el adulto a viejo, ellos conciben que se puede pasar de humano a otra especie sin problemas, porque lo clave es la universalidad de las interioridades, del alma.

Vemos este pensamiento de la continuidad del alma en el hinduismo y su ciclo de reencarnaciones. La concepción de que cualquiera de nosotros ha sido y podrá ser un animal, hace que se trate con profundo respeto al resto de seres vivos, lo cual incluye no alimentarse de ellos. Aun así existe un sesgo dentro de los animales, donde los perros son la reencarnación de violadores y son peor tratados y las cucarachas el vehículo de Ganesh, y por tanto, reverenciadas.

Estos son sólo algunos de los ejemplos de la visión que se tiene de los animales en las culturas en diferentes partes del mundo.

Volviendo a la cita de Ghandi, ¿cómo sería juzgado el ser humano en función a su trato a los animales? Dependería de la cultura. No podemos juzgar a un hindú por ser hindú, al igual que no podemos explicarle a un balinés que deje gatear a su bebé.

Pero en nuestra mano están cuales son las creencias y valores respecto a los animales que queremos en nuestra cultura.

Toca preguntarnos si queremos que en nuestra cultura los animales sean juzgados como iguales o como seres inferiores. Toca preguntarse qué nos diferencia del resto de animales y si esas diferencias son suficientes como para situarnos a nosotros por encima de ellos.

Idea original: Exposición museística de Alejandro Banderas

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