La manipulación no acaba en las manos

La motivación por la manipulación de objetos, la curiosidad y el interés son características que siempre se han visto relacionada con los primates. ¿Qué pensarías si te dijese que también define a los psitácidos?

El concepto de manipulación se define como todo comportamiento que implica acciones voluntarias sobre un objeto a través de actividades motoras. El estudio de las capacidades manipulativas ha sido monopolizado por los primates, más concretamente  por los grandes simios, pero no son sólo ellos los que presentan estas capacidades.

Desde la década de los años 90, se estudia la manipulación en función de la parte del cuerpo implicada, el tipo de acción realizada y el uso de instrumentos. Definieron así la manipulación simple y la manipulación compleja, teniendo esta última origen en el forrajeo.

Si bien la manipulación viene determinada por cómo es el individuo y el lugar dónde vive.

¿Qué similitudes y diferencias cabría esperar entre especies que comparten mismo hábitat pero presentan diferente morfología?

Manipulación guacamaya y mono capuchino. Yolcati
Imagen 1: Guacamayo azul y dorado (Ara ararauna) y Capuchino marrón (Sapajus apella) – Arkive (Pate Oxford)

Este es el caso que se presenta entre el guacamayo azul y dorado y el capuchino marrón. Ambos comparten las selvas tropicales en Brasil y tienen comportamiento de forrajeo.

Se les presenta a ambas especies dos experimentos para comparar la motivación para la manipulación de objetos, el repertorio manipulativo y la habilidad resolutiva de tareas complejas.

El primer experimento se estudia las motivaciones manipulativas por los objetos en función de su forma, color o textura. En el segundo experimento se les presenta una caja problema que deben abrir para obtener el premio que hay en su interior.

Previo a los resultados debemos tener en cuenta una diferencia notable entre ambas especies: la neofilia y la neofobia hacia objetos nuevos. Los guacamayos necesitan de un proceso de habituación previa ante nuevos objetos debido a su neofobia (les asustan los objetos desconocidos), cosa que no ocurre en el caso de los capuchinos que son neofílicos.

Del primer experimento sobre la manipulación de objetos según su forma, tamaño y color se observa que tanto en guacamayos como capuchinos existe una predilección manipulativa. Ambas especies son propensas a manipular objetos con complejidad. Cabe destacar que la manipulación se da sobre los objetos que muestran similitud con alimentos que se encuentran en su dieta. Como ya hemos citado, la manipulación compleja viene determinada por la conducta de forrajeo. Curioso, no?

En el caso de la caja problema, ambas especies consiguen resolverlo, siendo menor el tiempo invertido en capuchinos. Esto es debido a que los guacamayos, previamente a la manipulación, mostraban recelo y conductas agresivas a la caja debido a su neofobia.

Así pues, podemos concluir que los guacamayos, al igual que los capuchinos presentan estructuras anatómicas que favorecen la manipulación y que pueden resolver tareas complejas. Solo cabe esperar que se amplíe la visión de las capacidades cognitivas más allá de los primates, porque la exploración, la inteligencia, el desarrollo de herramientas, así como la manipulación, no es sólo cosa de manos. Los picos también cuentan.

Artículo original: Motivation and manipulation capacities of the blue and yellow macaw and the tufted capuchin: A comparative approach. Brunon, A., Bovet, D., Bourgeois, A., Pouydebat, E. Behavioural processes, September 2014

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