La jaula: el resguardo, no el encierro

Alojar adecuadamente a un loro de compañía implica más que únicamente situarlo dentro de una jaula y ofrecerle alimento todos los días. Debemos asegurarnos que el espacio que le hemos destinado cubre satisfactoriamente sus necesidades.

Necesidades de alojamiento

  1. Espacios individuales seguros y confortables.  Además de la jaula destinarle otros espacios dentro de nuestra casa, como parques de juego.
  2. Dimensiones del alojamiento acorde al tamaño del ave y aprovechamiento máximo del espacio.  Una jaula grande con un único posadero tiene mucho espacio sin usar, por lo tanto es como si la jaula fuera de menores dimensiones.
  3. Simulación del ambiente natural (funcionalidad similar a las copas de los árboles)
  4. Condiciones ambientales confortables
  • El loro requiere un espacio individual en el cual pueda descansar, alimentarse y pasar cómodamente el tiempo que no puede convivir directamente con nosotros. Naturalmente los loros exploran constantemente su ambiente, si en casa, le permitimos andar libremente sin supervisión podría dañarse al morder algún objeto como cables eléctricos o consumir sustancias tóxicas como jabones, plásticos… de la misma manera que probaría y trocearía con el pico todo tipo de materiales estropeando así los muebles.  Contar con un programa de enriquecimiento ambiental (calendario para presentarle y rotar los juguetes) y enseñarle cuales son sus espacios permitidos, resulta de gran ayuda para evitar imprevistos y mejorar la convivencia.
  • La forma de la jaula es relevante cuando se trata de aprovechar al máximo su capacidad. Resulta más complicado sacarle el máximo provecho a una jaula cilíndrica que a una rectangular o cuadrangular.  Los materiales utilizados en la construcción de la jaula son de vital importancia para prevenir posibles intoxicaciones. En el mercado podemos encontrar una extensa variedad de modelos y precios, seamos cautelosos al elegir la nuestra.
  • Como albergue de nuestro loro, la jaula debe ser su espacio de seguridad y por ende un sitio que le proporcione confort. Él, debe reconocerla como propia y satisfactoria. Nada desagradable debe ocurrirle dentro, es por ello que no lo obligaremos a salir, no introduciremos objetos desconocidos mientras él esté dentro, así como tampoco lo guardaremos en ella como señal de castigo cuando haga algo no deseado.
  • En vida libre los loros habitan en la copa de los árboles, se desplazan de rama en rama utilizando pies y pico; cuando requieren recorrer distancias largas o bajar al suelo lo hacen volando. Diariamente vuelan kilómetros en busca de alimento y sitios de descanso, por tal motivo, una jaula, difícilmente podrá cubrir sus requerimientos de vuelo. Por otra parte, sí es posible potenciar el trepar que es también una forma natural de locomoción de los psitácidos. Así pues, la jaula debe reproducir en lo posible la copa de los árboles –en cuanto a funcionalidad- para que el loro pueda desplazarse de forma natural a través de los componentes y utilice al máximo el espacio disponible. Para conseguirlo colocaremos diversas opciones de posaderos de diferentes materiales, largos, grosores, movilidad y texturas, así él tendrá la posibilidad de seleccionar la más confortable para cada situación.

Estos componentes o elementos son:La jaula ideal (1)

Comederos, Bebederos, Perchas madera, “Perchas limauñas”, Cuerdas, Cadenas, Columpios, Juguetes (enriquecimiento ambiental).

  • Las perchas y demás accesorios deberán estar dispuestos escalonadamente desde el suelo hasta el techo, de tal manera que el loro pueda escalar desde abajo y hasta la parte más alta de la jaula sin hacer uso de la malla.
  • Los sitios más altos son los preferidos por los loros, es ahí donde se sienten más seguros. En la parte más alta de la jaula colocaremos por lo menos dos perchas, una de ellas puede ser “limauñas”, así garantizaremos que la utilizará y mantendrá las uñas redondeadas. El espacio entre el techo y la percha más alta debe ser el justo para que el loro pueda posarse.
  • También es indispensable contar siempre con algún posadero desde el cual el lorito pueda acceder al alimento y la bebida. Eligiendo cuidadosamente su localización -perchas y comederos- para evitar al máximo que al defecar ensucie el alimento.
  • Los diferentes niveles dentro de la jaula pueden conectarse a través de componentes verticales o diagonales como cadenas y/o cuerdas.  
  • El grosor de los posaderos debe ser proporcional al tamaño de la especie de nuestro loro.
  • Destinaremos una percha a media altura cerca de la puerta, que llamaremos «percha premiable» para que desde ahí vaya a nuestra mano y viceversa para salir o entrar a la jaula.  Sólo cuando esté posado en ella le daremos premios a través de la malla.
  • Los juguetes (enriquecimiento ambiental) deben rotarse frecuentemente, idealmente, no deben permanecer más de dos días en la instalación para que cumplan adecuadamente su función.  Elijamos los que correspondan a la especie, edad y preferencias individuales de nuestro lorito.

El espacio en el que el loro no pueda posarse es espacio no aprovechable por lo tanto es como si no existiera.

  • La regulación de las condiciones ambientales como horas de sol y de sombra, temperatura, periodos de luz, corrientes de aire, etc. dependen completamente de nosotros. Al estar en la jaula, el loro tiene restringida, entre muchas otras cosas,  la libertad de elegir en que sitio se siente más confortable, por lo tanto debemos ofrecerle condiciones estables y en lo posible brindarle la posibilidad de escoger. Verifiquemos que no hay corrientes de aire, excesivo calor o frío y protegido de la lluvia. Que el sitio esté libre de humo de cigarro o cocina y bien ventilado. Ubiquemos la jaula en una zona muy transitada de la casa, donde pueda sentirse integrado en el grupo familiar.
  • Durante la noche, cuando vayamos a dormir, apaguemos luces, radio, televisor… para que el loro también pueda descansar, no es indispensable cubrir la jaula con alguna tela, lo importante es que el loro tenga oscuridad y silencio durante sus horas de sueño.

Algunas consideraciones extras:

  • Las perchas no deben quedar por encima de comederos y bebederos para evitar que defequen sobre el alimento.
  • Si algún comedero o percha se ensucian constantemente, es recomendable cambiar su ubicación.
  • El enriquecimiento ambiental (juguetes) no deben estorbar el desplazamiento del ave.
  • Para introducir un objeto a la jaula, es necesario que el loro no se encuentre en ella y en caso de tratarse de un elemento nuevo, lo mejor será aprovechar la limpieza general de la jaula, desmontar todos los componentes y reintroducirlos en sitios distintos.
  • El exterior de la jaula también es espacio aprovechable para el loro, se pueden colocar perchas, cuerdas, cadenas… y utilizar las paredes de la jaula como un parque de juegos (comúnmente se usa únicamente el techo).
  • En casa, es indispensable ofrecer otros espacios permitidos donde el loro pueda posarse y convivir con su grupo familiar.

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