Entrenamiento de psitácidos para la participación voluntaria durante procedimientos veterinarios

Una de las principales funciones del médico veterinario en los zoológicos, santuarios y otros centros de conservación que albergan fauna salvaje es garantizar el bienestar de los animales y no úicamente la salud física de éstos, que aunque es parte fundamental del bienestar de un individuo no es su totalidad. El control sobre las interacciones con el ambiente y la posibilidad de decidir, por ejemplo, son factores de gran relevancia para el bienestar de los animales.

Las conductas de evasión y escape asociadas a miedo suelen aumentar considerablemente cuando el veterinario clínico aparce en escena, los animales aprenden que su presencia está asociada a eventos desagradables de los que no pueden huír. Temple Grandin sostiene que el miedo es capaz de producir un mayor incremento de las hormonas asociadas con el estrés que muchos factores físicos adversos, esto aunado al grado de incomodidad que el confinamiento y sus consecuencias provoca en las aves supone que el nivel de bienestar de los animales sea pobre y sin duda, se verá reflejando en la expresión de comportamientos anormales.

Convencionalmente se opta por solicitar al cuidador que confine al animal en un espacio reducido para que a la llegada del veterinaio su manejo se simplifique a la contención física y/o química para la posterior atención veterinaria requerida. Estas prácticas sin duda afectarán el trabajo de cuidadores y el bienstar de las aves pues se perderá la confianza, fundamental para la seguridad y bienestar de cuidadores y animales. 

Otra de las grandes debilidades del manejo convencional es el deficiente valor de las muestras obtenidas o la aplicación de tratamientos durante la inmovilización sin la participación voluntaria de los animales; en muchos casos el riesgo o dificultad de contención es más alto que el propio padecimiento por lo que se decide no brindar la atención veterinaria que el ave necesita. Lamentablemente, lo anterior pone en evidencia que contar con la capacitación y el equipo necesario para la elaboración de un programa de medicina preventiva, diagnóstico o tratamiento oportuno resulta insuficiente si no se cuenta con la participación voluntaria de los animales.

Transformar los procedimientos convencionales dentro de los centros de conservación es una tarea que involucra a todos los integrantes del equipo y a todos los niveles. Es necesario que el manejo diario y el manejo veterinario estén integrados en un programa de bienestar en el que cada pieza esté engranada de tal manera que se brinde a los animales los recursos y cuidados necesarios para que vivan con niveles altos de bienestar y se facilite y asegure el trabajo de cuidadores y veterinarios.

Prácticas médicas como el monitoreo de peso, exploración física, lectura de constantes fisiológicas, toma de muestras (coanas, cloaca, sangre, heces), aplicación de tratamientos vía intramuscular, subcutáneo, oral, etc. pueden realizarse contando con la participación voluntaria de las aves a través de un programa de entrenamiento con el que además las aves se verán beneficiadas con oportunidades para desarrollar habilidades físicas y mentales, terapia ocupacional y la relación con sus cuidadores estará basada en la confianza (ver galería de imágenes).

Actualmente sabemos bien que animales que reciben mejor manejo presentan menos lesiones y por tanto requieren menor atención veterinaria. Lo cual reduce riesgos y costos para el centro.

 Para comenzar un programa de entrenamiento es necesario que otros aspectos como el alojamiento o la alimentación sean adcuados o al menos se esté trabajando en ello. El entrenamiento por sí mismo no puede garantizar el bienestar de las aves y difícilmente se alcanzarán las metas de entrenamiento si no se integra dentro de un plan de bienestar.

Los pasos a seguir en el desarrollo de un plan de entrenamiento son:

  1. Contexto: Recopilación de información acerca de la historia natural de la especie a la que pertenece el animal a entrenar y la historia individual de los sujetos en cuestión.
  1. Objetivos: Establecer metas de comportamiento lo más claras posibles. Toma de muestra de cloaca. Administración oral. Monitoreo de peso, etc.
  2. Planificación: Definir los días, el horario y el escenario dónde se realizarán las sesiones, así como los reforzadores a utilizar, etc. Desglosar en ejercicios y aproximaciones las metas finales. Este paso es fundamental para un progreso óptimo. (Ver imagen de check list de entrenamiento). 
Checklist de entrenamiento · Lagarto overo (Salvator merianae)
  1. Implementación: Llevar a cabo las sesiones de entrenamiento siguiendo un orden lógico en los ejercicios y aproximaciones. Para algunos entrenamientos médicos es requisito imprescindible que las aves ya tengan conocimiento de algunos comandos básicos como acudir a la zona de entrenamiento o permanecer quietas. En caso de ser necesario deberá comenzarse por estos ejercicios de manejo básico.

Ejercicios imprescindibles previos a procedimientos veterinarios

  • Acudir al llamado 
  • Entrar y salir de zona de entrenamiento
  • Quedarse quietos
  • Seguir un “target”
  • Ofrecer distintas partes de su cuerpo
  • Permitir el contacto y/o manipulación
  • Colocarse en diversas posiciones para poder abordarlos clínicamente.
  1. Documetación: Llevar registros ordenados de cada sesión nos permitirá conocer objetivamente el avance de nuestros entrenamientos e identificar de manera oportuna algún problema o tendencia no deseada. A continuación un modelo de Registro de sesión de entrenamiento utilizado por el equipo de Yolcati · Bienestar animal. 
Modelo de registro de entrenamiento
  1. Evaluación: Analizar los registros escritos y videos, así como organizar reuniones entre los entrenadores es fundamental para asegurar un proceso adecuado del entrenamiento y en consecuencia la obtención de resultados en forma y plazo. 
  1. Reajuste: Una vez evaluado el entrenamiento se deben realizar los ajustes pertinentes a fin de obtener los mejores resultados en el menor tiempo posible.

Finalmente, cabe mencionar que en el entrenamiento como una herramienta para mejorar la calidad de vida de los animales no se hace uso, bajo ninguna circunstancia, de la restricción del alimento, la fuerza o la intimidación. El entrenamiento respetuoso está basado en la participación voluntaria de los animales.

Conocemos de manera extensa los beneficios que ofrece la etología aplicada y concretamente del entrenamiento tanto para los animales, el personal y la gestión del parque, trabajemos para que su implementación se extienda también a aquellas especies en las que no se considera relevante por su baja peligrosidad para las personas o por la aceptación generalizada del manejo convencional. 

Para más información visita www.yolcati.es/servicios

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