Convivencia armónica con loros de compañía: MITOS 1ra. parte

Ara militarisLa tenencia de loros, como auténticos animales de compañía, está cada vez más extendida en Estados Unidos y Europa, sin embargo, todavía no hemos conseguido unificar los criterios generales de cuidados y tenencia responsable. En cambio, permanecen vigentes algunas creencias populares que distan considerablemente de la realidad, las cuales además, suponen una barrera que obstaculiza la convivencia armónica con los loros y su familia humana.

Estas ideas resultan sumamente difíciles de erradicar o transformar, quizá una de las razones por las que los mitos se fijan tenazmente en la conciencia colectiva, es que tienen su origen en una idea o concepto verídico, sin embargo, la interpretación que se hace es incorrecta o por lo menos no exacta.

Un ejemplo de esto, es la creencia de que al adoptar un lorito es recomendable recortarle el vuelo (corte de las plumas de las alas) con la finalidad de que se «haga mejor a su familia humana», es decir, que se adapte con mayor facilidad a su nuevo hogar.

¿Por qué es erronea esta idea?

Si a un polluelo que está aprendiendo como está constituido su entorno (socialización) se le priva de una de las formas naturales de locomoción,  será implícitamente obligado a depender de las personas para desplazarse de un sitio a otro, lo que tendrá como consecuencia que el ave se vuelva insegura de sí misma, temerosa de su entorno, inactiva y dependiente, condiciones que predisponen serios problemas de comportamiento como el picaje o los gritos insistentes.  Pero a primera impresión, parecerá que el objetivo de un loro cariñoso que busca a las personas se ha cumplido, pues el loro insiste en pasar todo el tiempo sobre las personas o lo más cerca de éstas.

Tenencia responsable

Lo que buscamos idealmente en un loro de compañía es un ave independiente, curioso y motivado por interactuar con las personas, sin estar obligado. Por nuestra parte, nos corresponde cubrir satisfactoriamente sus necesidades básicas (alimento, alojamiento, actividad física, mental y social y atención veterinaria) así como brindarle la oportunidad de tomar decisiones sobre su entorno y permitirle participar voluntariamente en la convivencia con la familia.

Actividades cotidianas para el buen camino

Para alcanzar esta meta necesitaremos ser más pacientes y constantes, cada día cuenta en la creación del vínculo de confianza y la educación de un loro en casa. Al final nuestra dedicación y compromiso nos dará grandes satisfacciones y la autentica convivencia armónica con nuestro loro.

¡Digamos NO al recorte del vuelo y SÍ a la tenencia responsable!

 

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