Alimentación y neofobia en loros

¿Existe relación entre la alimentación que ofrecemos a nuestros loros y la manifestación de neofobia?

La alimentación en los loros tiene un fuerte componente de aprendizaje, el cual involucra uno de los procesos más importantes en la vida de las aves. Los loros jóvenes que viven en su ambiente natural aprenden a reconocer y seleccionar el alimento a través de interacciones sociales, observando a otros individuos de su bandada -durante la socialización– y probando los alimentos. Poco a poco van familiarizándose con algunos de éstos para más tarde incluirlos en su dieta. También aprenden a discriminar alimentos que podrían resultar dañinos, ésta conducta es primordial para su supervivencia.

Con el tiempo identifican sus ingredientes preferidos y los seleccionan en la medida de lo posible durante la exploración de su entorno. Estas condiciones favorecen, en los individuos, el desarrollo de su capacidad de adaptación a cambios en su entorno como las variaciones en la disposición de alimentos de acuerdo a la temporada del año, por ejemplo.

Alimentación y neofobia 2-Yolcati
Araraunas explorando

Mientras tanto, cuando tenemos a las aves en condiciones controladas y son criadas a mano, los procesos de aprendizaje cambian completamente, pero no porque al alcanzar la socialización en su desarrollo no necesiten aprender las mismas cosas, sino porque los loros jóvenes difícilmente tienen oportunidad de aprender a seleccionar su dieta, ésta es, sencillamente, determinada por el criador y servida en un cuenco sin dar oportunidades a los animales.

La desventaja de este sistema es que, convencionalmente, se utilizan pocos ingredientes para alimentar a los polluelos que se están emancipando debido a que el consumo de sólidos no es significativo. Esto aunado a que se les limita una de las conductas naturales más importante que es el forrajeo -búsqueda, exploración, selección, manipulación y consumo de alimento-, también llamada conducta alimentaria, trae como consecuencia, entre muchas otras, que los loros no desarrollan la capacidad de adaptarse a estímulos desconocidos de su entorno por lo que cualquier modificación que se necesite hacer tendrá que seguir un delicado proceso de adaptación.
Si no se estimula desde temprana edad el desarrollo de la conducta exploratoria, se predispone y potencializa la neofobia –respuesta de temor ante un estímulo desconocido, presente en todas las especies animales-. Los loros que han sido alimentados con pocos ingredientes, siempre los mismo desde pequeños y que viven en un ambiente poco enriquecido frecuentemente manifiestan neofobia a una gran diversidad de estímulos ambientales e incluso otros alimentos.

Es por ello, que la mejor alternativa para asegurar el óptimo desarrollo físico y mental de un polluelo es ofrecerle dietas variadas, ricas en ingredientes, colores, formas y presentaciones diversas, desde temprana edad, aun cuando la base de su alimentación siga siendo la papilla. Y a lo largo de toda su vida ofrecer diversidad de estímulos y posibilidades de explorar, manipular y seleccionar su alimento. Las frutas, verduras y leguminosas son una excelente fuente para cubrir esta necesidad comportamental de nuestras aves.

Alimentación y neofobia - Yolcati
Guacamaya consumiendo fruta presentada en brocheta

Como vemos, en la tenencia responsable de un loro de compañía, la alimentación no es únicamente el aporte de nutrientes, sino que la conducta alimentaria resulta ser de suma importancia, tanto por el correcto consumo de alimento como por las relevantes implicaciones en el adecuado desarrollo individual y social de los animales. Siendo conductas naturales de alta motivación indispensables de promover en casa para brindar a nuestras aves una digna calidad de vida.

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